28 agosto, 2012
Perdona si te llamo ERROR.
Me levantaba por las mañanas ilusionada por hablar contigo, por ver como me sacabas esa sonrisa diaria que salía de mi rostro sólo por ti. Sí, tú eras el motivo de cada una de ellas. Pero de la noche a la mañana, de el minuto al segundo, dijiste Adiós y no fue cualquier adiós, fue un ''hasta siempre'', un ''hasta siempre'' que separaría nuestros caminos, los haría paralelos el uno con el otro y no volvería a ver esa sonrisa de niño pequeño que tenías y, qué, quizás, la sigas manteniendo. Desde ese momento de tu ''hasta siempre'' las lágrimas llenan mis ojos, no reluce el color de ellos, porque tus palabras me hundieron en un mar de lágrimas cada día más y más grande, cada día también era más intenso, más doloroso, por éstos motivos, yo a ti te llamo error, porque nadie, ni la más misera bacteria de la tierra puede hacerme llorar, porque yo intento ser fuerte, estoy segura de mi misma y de mis posibilidades, sé quién soy y sé que merezco la pena, así qué, perdona si te llamo ERROR.
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